¿Con qué propósito habéis interrumpido en mis aposentos? Aquí, en medio de esta jungla espesa, donde nadie puede quitarme mis tesoros, que he conseguido a fuerza de pólvora y espadazos, siento vuestra presencia. ¡Lo sé, venís a robarme, ladronzuelos! Deseando emociones nuevas junto a vuestros compañeros, os habéis adentrado en terrenos desconocidos, en búsqueda de aventuras, habéis ingresado a una cabaña que parecía deshabitada por la fachada. Lo que no os esperabais era encontrar el digno hogar de un pirata, lleno de trampas. Si habéis entendiendo bien la situación, lo único que os queda por hacer, es salir de aquí tan rápido como vuestras piernas os lo permitan. Pero no os culpo por querer robarme, con una ocupación honesta solo consigues un bajo salario y una joroba en tu espalda. En cambio, cuando eres un verdadero corsario, robas oro, bebes ron y cantas canciones groseras mientras el sol y la sal del mar broncean la piel de tu rostro. Libertad y poder. Una vida corta y feliz, ese es mi lema. ¿Seguís en el mismo plan de robarme? ¿Creéis que podréis escapar sin conocer el enojo de este temerario dueño de los océanos? ¿O seréis vencidos por la avaricia de querer apropiarse de mi riqueza? Lamento deciros que ya es tarde para huir, la única forma de abandonar este lugar es usando el ingenio. ¡Que os aproveche, marineritos de agua dulce, no olvidéis que he salido de más de un aprieto a fuerza de espadazos y pólvora!